Las hermanas gemelas

Dr. Miguel Alberto Koleff*


Aunque la humildad de Pedro Fernandes y su vocación de cientificidad le impidan sustraerse de estudiar en sus pormenores el papel de las mujeres saramaguianas, aún las más elementales, es claro que su opción por esas dos grandes figuras -como lo son Blimunda y la mujer del médico-, impiden que el dato pase desapercibido en esta portentosa investigación, donde además de primar el detalle redunda el buceo profundo de sus identidades personales, sociales e históricas. Pedro lo dice muy bien cuando afirma que las mujeres saramaguianas «são dotadas da típica característica feminina do mistério, do indizível da feminilidade. O mistério da mulher, em Saramago, é o resultado não apenas dessa dote feminilizante, mas é o mistério da própria ordem das coisas no mundo» e incluso nos trae a colación esa brillante cita de José Saramago en las que las identifica como hermanas gemelas «A outra [Blimunda] vê o que não se vê, vê através da pele, e esta [a mulher do médico vê] o mundo que os outros veriam se não fossem cegos»

Además de un trazado minucioso en la confección del libro que arranca con algunas precisiones conceptuales sobre la categoría «personaje» a la que hace dialogar con sus marcos referenciales, la identidad y la construcción de lo femenino, dando pasos certeros en este orden, esos capítulos iniciales del libro van preparando al lector para la tercera sección en la que el investigador recoge sus reflexiones previas y las aúna con consideraciones particularísimas sobre las figuras más representativas de las novelas Memorial do Convento y Ensaio sobre a cegueira. Este último capítulo es de una ductilidad increíble e invita a permanentes relecturas porque en él Pedro Fernandes parece estar poseído (¿una influencia de Doña Sebastiana?) por el estertor de la palabra y no por la docilidad de la pluma. El retrato de Blimunda de la primera sección y el de la mujer del médico a continuación, exceden profusamente el tono hierático de un «retrato» para investirse de fuerza dramática. En lugar de dar cuenta de lo que observa –como investigador literario- Pedro se impone la herética intención de tornarlas presencias vivas (No en vano emplea la categoría «personaje» retrotrayendo a su origen etimológico de «persona») y lo hace convencido de que esas dos mujeres tienen algo que decirnos hoy. Al invitar a la lectura de este libro no me gustaría pasar por alto la misma recomendación que aparece inscripta en el protector de pantalla de la computadora de Pilar del Rio: «Blimunda no se rinde» porque es sobre la resistencia femenina y sus devenires de lo que trata este libro. Los lectores podrán juzgarlo por sí mismos si se animan a la aventura de su lectura.

* Profesor Titular Regular. Literaturas en Lengua Portuguesa. Facultad de Lenguas – Universidad Nacional de Córdoba